En el budismo, las deidades feroces, coléricas o iracundas, son las formas (o "aspectos", "manifestaciones") feroces, coléricas o vehementes (en tibetano: trowo, sánscrito: krodha) de los Budas, Bodhisattvas o Devas (seres divinos) iluminados. Debido a su poder para destruir los obstáculos para llegar a la iluminación, se les llama también krodha-vighnantaka o "feroces destructores de obstáculos".[1] Las deidades feroces son un rasgo notable de la iconografía del budismo mahayana y vajrayana. Estos tipos de deidades aparecieron por primera vez en la India a finales del siglo VI, siendo su fuente principal las imágenes de Iaksa, y se convirtieron en una característica central del budismo tántrico indio a finales del siglo X o comienzos del siglo XI.[2]
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